martes, 15 de diciembre de 2015

Mirar por la ventana


Mirar por la ventana y preguntarte si todo lo que haces en realidad es por algo, saberse siempre tenedor de amor a su alrededor y no darse cuenta, como tan solo pensar que en la distancia que es muchas y poca a la vez, hay personas conociendo el ardor, dolor, desamor, incomprensión, injusticia, hambre y maldad de otros, siendo presa de personas que ni siquiera tienen que conocer en su corta vida, como pensar si quiera en alguien común y corriente preocuparse por alguien que no comparte sangre, vida, tiempo o espacio, como pensar si quiera en el sentir de ellos que no son nuestros, que no comparten la vida y el tiempo.
Esos instantes de escalofríos que no se evitan y que duelen, imaginar todo, pensar que es solo un mal sueño, que podemos controlar nuestro presente y nuestros sentimientos.
Voltearte a ver sin llorar o morir, hablar de amor sin tenerlo.
El ser humano siempre tan miserable, a veces parece que lo malo es la mayoría, a veces parece que no se puede hacer ya nada ante lo impuesto, ante lo que te dicen no poder controlar.
Tal vez por eso nos aferramos a ideas, a cosas que nos hacen olvidar, cosas que nos llenan de pequeños instantes, sabemos que pueden ser los últimos.
Siempre eh sido fiel creyente del amor a los niños, a esas pequeñas criaturas que llenos de inocencia pueden cambiar estados de ánimo, pueden curar heridas sin tener que hacer nada mas que reír.
Como imaginar lastimar a un ser tan pequeño, ¿por que matamos y lastimamos a nuestros niños?, ¿por que los herimos?, por que marcar y por que enseñar a un ser tan pequeño que la vida es dura y mala.
Mientras nos empeñamos en mirar hacia otro lado, no ver, cerrar los ojos... En que momento... Imaginar tan solo ese pequeño instante de desesperación.
¿Por que los seguimos abandonando?, en lo personal no me cabe en la cabeza pensar en como personas desconocidas en medio de guerras pueden decidir sobre ti, en medio de armas si vivir o no, en medio de gente adulta que te da miedo, tratar de sobrevivir.
Tratar de pensar huir... de dejarlo todo atrás como si nada hubiera pasado, mientras tú celebras tus fiestas en medio de la abundancia y risas falsas.
A veces es bueno voltear un poco.